martes, 27 de agosto de 2013

Tu peor enemigo...

Las hormonas


Si bien tener un hijo es una gran bendición, también implica muchos cambios. Ya he hablado de los cambios físicos, ahora hablaré de algo más difícil aún, los cambios emocionales. 

Todos te hablan de la hermosa experiencia de la maternidad pero nade te advierte que tu mayor enemigo vive en ti, te manipula y te controla... hablo de las hormonas.
Siempre he sido muy emocional,evito confrontaciones y peleas porque si, lo admito, de todo lloro; ahora ¡imagínense eso  más mis hormonas de embarazada! De repente cosas que no me importaban comienzan a importarme, comentarios de la gente los tomo más personales, me preocupa todo lo que dicen y de repente me puse a pensar ¡Alto! Si me entiendo pero esto tiene que parar. Me comenzaba a preocupar por todo, que si el bebé estaba bien, que si la gente me ve feo o me critican el tamaño de la barriga.

Seguramente esto no terminará cuando mi bebé nazca, sé que vendrán más cambios y ajustes hormonales. No soy experta en el tema, pero si he vivido esto desde los 13 años, experimentando el cambio de humor y los malestares de ser mujer a través del recordatorio mensual de la naturaleza, y he de decir que esto es como un estado permanente de molestia, sensibilidad, agresión, preocupación y miedo.

Lo que más me ha servido ha sido hablar y desahogarme. Rudamente, al principio, me hice la "machita", me propuse no llorar ni ser susceptible a nada para romper los paradigmas de que las embarazadas de todo "chillamos", y si, evite peleas, me hice la fuerte hasta que un día no pude más y se prendió la fuente llorona. Un día en mi trabajo platicando con las amigas decidí quejarme un poco y como siempre bromeando, una de mis amigas me dijo que me quejaba mucho, en ese momento lloré como bebé y empece a sacar todas las frustraciones acumuladas en 4 meses. Nadie en el mundo te puede entender más que alguien que ya pasó por lo mismo que tú,y si algo aprendí de esto, es que no vale la pena guardar ningún sentimiento mientras estas embarazada, ya sea positivo o negativo, hay que dejar fluir todo.

Puedo decir que a mis 6 meses, he aprendido a vivir con el enemigo, como dicen "Si no puedes con el enemigo, únete a él", y ahora me río de mi misma, de mis caprichos, de los desplantes, de los cambios de humor y sobre todo, disfruto este sube y baja que es el embarazo, la montaña rusa de emociones y la felicidad que esto trae consigo, si bien no lo puedo controlar, trato de entender lo que me pasa y así he llegado a vivir plenamente esta etapa hermosa que es tener a un bebé creciendo en tu barriga.

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